
Digitalización: transformar el actual modelo de las remesas
➡️ Entérate de todo En LasEconomicas.comDigitalización: transformar el actual modelo de las remesas
En 2022, las remesas hacia Latinoamérica alcanzaron casi 150 mil millones de dólares, según el Banco Mundial.
Las remesas no solo representan un flujo financiero constante para millones de hogares en Centroamérica, sino que se han consolidado como un pilar económico y social. En la región, constituyen un aporte significativo al Producto Interno Bruto (PIB). Lo que antes era un recurso enviado en efectivo desde el extranjero, hoy es un componente esencial para la estabilidad de las economías locales y el sustento de comunidades enteras.
No dejes de leer: https://laseconomicas.com/rd-exporta-por-primera-vez-uvas-de-mesa-a-estados-unidos/
El fenómeno migratorio, especialmente desde Centroamérica hacia Estados Unidos, ha sido uno de los principales motores del crecimiento sostenido de estos envíos. En 2022, las remesas hacia Latinoamérica alcanzaron casi 150 mil millones de dólares, según el Banco Mundial.
Por ejemplo, en marzo, los salvadoreños en el exterior enviaron 863 millones de dólares, un récord mensual histórico y un aumento del 25% respecto al mismo mes del año anterior, según el Banco Central de Reserva.
Detrás de estas cifras hay millones de migrantes, muchos en situación irregular, que con esfuerzo y resiliencia sostienen a sus familias en los países de origen. Sin embargo, a medida que los montos crecen, también lo hacen los desafíos. Más de 120 millones de personas en Latinoamérica siguen sin acceso al sistema financiero, lo que les impide beneficiarse plenamente de una economía digital. La falta de documentación oficial, los altos costos de envío y los tipos de cambio desfavorables siguen siendo barreras persistentes.
Ante este panorama, la digitalización surge como una herramienta clave para transformar el modelo actual de remesas. Las transferencias en efectivo o por medios tradicionales están siendo reemplazadas por plataformas móviles, billeteras digitales, tarjetas prepagadas y aplicaciones financieras que permiten transacciones rápidas, seguras y transparentes. Este cambio no es solo tecnológico: implica una transformación cultural y estructural.
Digitalización: transformar el actual modelo de las remesas
La inclusión financiera, respaldada por la innovación, comienza a cerrar la brecha entre quienes están dentro y fuera del sistema. Fintechs, neobancos y otros actores no tradicionales, como empresas de telecomunicaciones y comercios minoristas, están facilitando el acceso mediante soluciones que no requieren una cuenta bancaria formal.
Esto ha dado lugar a un ecosistema más competitivo, flexible y alineado con las necesidades reales de los usuarios.
A su vez, la tecnología ha fortalecido la seguridad en los pagos transfronterizos. Herramientas como la verificación de identidad digital, la tokenización de activos y las infraestructuras interoperables están generando mayor confianza. Aunque su adopción masiva aún está en desarrollo, las monedas digitales emitidas por bancos centrales (CBDCs) y las stablecoins se perfilan como opciones prometedoras para agilizar y abaratar el envío de dinero.
Sin embargo, el verdadero desafío no radica en la tecnología, sino en su adopción y apropiación. Para que este nuevo ecosistema tenga un impacto real, se requiere mucho más que herramientas digitales: es fundamental promover la educación financiera, adaptar los servicios al idioma y entorno local, y diseñar soluciones centradas en las personas.
Centroamérica tiene ante sí la oportunidad de liderar una nueva etapa en la evolución de las remesas: una en la que el envío de dinero no solo atienda necesidades inmediatas, sino que abra la puerta al ahorro, la inversión y la estabilidad económica. La digitalización no es un fin en sí mismo, sino un medio para empoderar a quienes han estado al margen del sistema financiero.
No se trata simplemente de transferir dinero. Se trata de generar oportunidades, fortalecer la resiliencia económica y construir un futuro más equitativo. La tecnología ya está disponible. Lo que hace falta es la voluntad colectiva para convertirla en un verdadero motor de cambio social.
Fuente: forbescentroamerica.com