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Credit Suisse cae a plomo en bolsa y su riesgo de impago se dispara en otra jornada de pánico bancario


Nueva jornada de pánico en Credit Suisse. Las acciones del banco suizo se están desplomando hasta tocar mínimos históricos. Aunque los problemas de Credit Suisse vienen de muy lejos, la caída de SVB y Signature Bank en EEUU podrían estar dando la puntilla a este histórico banco europeo.

La confianza lo es casi todo en el sector bancario, y cada día parece un poco más claro que el público está dejando de confiar en Credit Suisse. Para colmo, todo esto sucede a horas de la reunión del Banco Central Europeo en la que se esperaba una subida de tipos de 50 puntos básicos. Ahora, todo está en el aire.

La debacle que está sufriendo en bolsa ha tenido esta semana un episodio intenso tras la publicación de resultados (informe anual del banco) y el reconocimiento de que la fuga de clientes sigue siendo un gran problema para el banco.

El informe anual de Credit Suisse admitía que sigue perdiendo patrimonio y clientes desde el escándalo que protagonizó en 2021. Desde entonces, los problemas no han parado de crecer para la entidad. 

  • No obstante, la crisis de este histórico banco se ha agudizado este miércoles después de que el principal accionista de Credit Suisse Group haya descartado brindar más asistencia financiera al banco suizo en dificultades, citando problemas regulatorios, según ha publicado la agencia financiera Bloomberg

«No podemos porque superaríamos el 10%. Es un problema regulatorio», ha sentenciado el presidente del SNB, Ammar Al Khudairy, en una entrevista con Reuters. El banco saudí tiene una participación del 9,88% en Credit Suisse, según datos de Refinitiv.

«Si superamos el 10%, entrarían en vigor una sería de nuevas reglas y regulaciones, ya sea por parte de nuestro organismo regulador (el saudí), el regulador suizo o el regulador europeo», asegura. «No estamos dispuestos a entrar en un nuevo régimen regulatorio. No obstante, puedo citar otras cinco o seis razones para no pensar en ir más allá».

«La respuesta es absolutamente no, por muchas razones, fuera de la más simple que es regulatoria y estatutaria», ha aseverado este miércoles el presidente del Banco Nacional Saudí (SNB por sus siglas en inglés) en una entrevista con Bloomberg TV cuando se le preguntó si el prestamista estaba dispuesto a ayudar a Credit Suisse ante la posible necesidad de liquidez para soportar la constante fuga de clientes. El resto del sector bancario europeo cae con fuerza, lo que está arrastrando a las bolsas del Viejo Continente.

Los CDS se disparan

Mientras tanto, los credit default swap (CDS) o seguro de impago a un año se han disparado hasta superar los 830 puntos, frente a los 430 puntos de ayer. Es decir, el riesgo de impago de la entidad suiza se ha multiplicado por dos en cuestión de horas, lo que está arrastrando a todo el sector bancario europeo. La probabilidad que otorgan estos seguros por impago al banco es del 51% a un año. Los CDS a cinco años descuentan una probabilidad de ‘default’ del 47%.

Cuando la aversión al riesgo se apodera de los mercados, los agentes más débiles sufren las embestidas más importantes. En este caso, el banco suizo tenía todas las papeletas para ser el siguiente en perder la confianza de los inversores tras el pánico bancario que dio comienzo en EEUU la semana pasada.

  • Los swaps de incumplimiento crediticio a un año para el asediado prestamista suizo se han disparado hasta los 835,9. No obstante, otras fuentes apuntan a un nuevo aumento este miércoles. Un nivel de 1.000 puntos básicos es aproximadamente 20 veces el CDS a un año del banco rival suizo UBS y diez veces el equivalente del Deutsche Bank.

La curva de CDS también está profundamente invertida, lo que significa que cuesta más protegerse contra una quiebra inmediata en el banco que una quiebra a futuro (por ejemplo, dentro de cinco años), lo que deja entrever que el gran riesgo para Credit Suisse es ahora.

La curva de CDS del prestamista tenía una pendiente ascendente (la pendiente que se considera como normal) hasta este pasado viernes. Los inversores, normalmente, atribuyen un mayor coste de protección a períodos más largos por la prima de plazo, que es la prima que se paga por lo que pueda ‘romperse’ en un mayor periodo de tiempo.

Credit Suisse se encuentra en medio de una compleja reestructuración que lleva ya en marcha más tres años en un intento por devolver la rentabilidad al banco y la confianza a los clientes. Credit Suisse se está viendo gravemente afectado por la reciente ola de pesimismo en el sector financiero que ha sido provocada por la desaparición de Silicon Valley Bank.

Hay que recordar que el Saudi National Bank, que pertenece en un 37% al fondo soberano de Arabia Saudí, se convirtió en el mayor accionista de Credit Suisse a finales del año pasado tras adquirir una participación del 9,9% del banco suizo.

El presidente, Axel Lehmann, comentó este miércoles que la asistencia del gobierno «no es una cuestión» que deba debatir la entidad y que no sería exacto comparar los problemas actuales del banco suizo con el reciente colapso de SVB. 

  • En cuanto a un posible rescate, las cifran complican y mucho esta operación (en caso de que se llegase a producir). El PIB de Suiza es de unos 740.000 millones de francos suizos, mientras que el balance de Credit Suisse supera los 500.000 millones de francos. De toda esa cantidad, el último informe anual revela que 233.235 millones son depósitos (el pasivo más importante del banco).

Las elevadas cantidades que tendría que desembolsar el gobierno de Suiza (los contribuyentes al fin y al cabo) dificultan el rescate. Como ha señalado el profesor de economía Nouriel Roubini, Credit Suisse es too big to fail (demasiado grande para caer) y too big to be saved (y demasiado grande para ser salvado)

No obstante, los depósitos bancarios (excluidos los ahorros para la jubilación) de hasta 100.000 francos por cliente están protegidos y se deberían pagar inmediatamente con los activos líquidos disponibles del banco dentro y fuera de Suiza, según el supervisor financiero de Suiza.

Este mismo regulador admite que Credit Suisse y otras entidades tienen planes de contingencia que actúan como cortafuegos en momentos de pánico (por ejemplo, la conversión de bonos en acciones), pero, aún así, no parece que esto vaya a ser suficiente para detener el pánico. Los mercados y, sobre todo, los bancos están siendo víctimas de un efecto dominó o efecto contagio.

Malos resultados y fuga de clientes

Credit Suisse ha admitido que las salidas de fondos del banco han continuado este mes, incluso después de que la entidad diese comienzo a una gran campaña para recuperar los depósitos de los clientes. Aunque es cierto que la fuga de clientes se ha ralentizado, la entidad ha sido incapaz, por ahora, de revertir esta situación.

«Nuestros resultados financieros para 2022 se vieron significativamente afectados por el desafiante entorno macro y geopolítico con incertidumbre del mercado y la aversión al riesgo de los clientes, sufrimos importantes salidas de depósitos y activos netos en el cuarto trimestre», según se recoge textualmente del informe del banco suizo. Los ingresos netos para 2022 disminuyeron un 34% interanual, impulsados por disminuciones en todas las divisiones.

La lenta caída del banco

A principios del cuarto trimestre de 2022, Credit Suisse comenzó a experimentar retiros de depósitos en efectivo significativamente más altos, además no se han renovado muchos de los depósitos a plazo vencidos y las salidas netas de activos excedieron sustancialmente los niveles del tercer trimestre de 2022.

  • En este sentido, «tras finalizar de las conversaciones con la SEC», Credit Suisse ha confirmado sus resultados del ejercicio 2022, que arrojaron unas pérdidas netas de 7.293 millones de francos suizos (7.381 millones de euros), frente a los ‘números rojos’ de 1.650 millones de francos (1.670 millones de euros) del año anterior y el peor resultado del banco suizo desde la crisis financiera de 2008.

Las pérdidas no realizadas en la cartera de bonos a finales de 2022 sumaban 156 millones de francos suizos, una cantidad que parece relativamente pequeña si se compara con las pérdidas de SVB (superaron los 2.000 millones de dólares), que, entre otras cosas, han llevado a la entidad americana al colapso. Estas pérdidas no realizadas representa la caída de ‘valor de mercado’ de los bonos si se tuvieran que vender ahora.

«Estas salidas nos han llevado a utilizar parcialmente los colchones de liquidez a nivel del Grupo y de la entidad legal, por lo que hemos caído por debajo de ciertos requisitos regulatorios a nivel legal», advertían desde la firma financiera.

¿Qué le espera a Credit Suisse?

Ahora, la gran pregunta es qué puede pasar con el banco. Jérémie Boudinet, responsable de Crédito de Grado de Inversión de La Française, señala en una nota que su hipótesis de base es que Credit Suisse puede acabar más o menos dividido, con la venta parcial o total de su franquicia de Banca de Inversión, conservando su rama minorista suiza y parte de su franquicia de Gestión Patrimonial en el extranjero. Sin embargo, esta hipótesis gira en torno a su capacidad para contrarrestar las salidas de depósitos a corto y medio plazo.

«Conviene recordar que el marco suizo de regulación del capital para UBS y Credit Suisse se denomina régimen ‘Demasiado grande para caer’ (too big to fail). Como tal, si Credit Suisse quebrara debido a una salida sostenida de depósitos, la FINMA (el organismo regulador) estaría dispuesta a actuar muy rápidamente para salvar los intereses de los depositantes, al tiempo que quebraría el resto del banco, a expensas de los accionistas y los tenedores de bonos subordinados De nuevo, el caso más parecido que se ha dado últimamente fue el del Banco Popular en España, que se vendió por 1 euro al Santander para salvaguardar a los titulares de depósitos y a los tenedores de bonos senior», explica este experto.

Fuente: eleconomista.es